Hace más de 50 años una mujer, Violeta, despachaba en su ultramarinos de la calle Peris Brell de Valencia. Como su madre y su abuela se dedicaba al comercio próximo, despachando con clientes y clientas del barrio. Más de medio siglo después la historia de Violeta continúa. Su hijo, Jesús, abre a los pies del Micalet, el Colmado LaLola. Una oda a todo un clásico valenciano: el espíritu de la botiga. Ese aroma a la tradición, al alma de los oficios bien hechos, se traslada a un local de culto donde tomar junto a su barra productos frescos como las ostras valencianas, berberechos, erizos de mar… Tablas de salazones, ahumados y quesos. O clásicos infalibles como buñuelos de bacalao, croquetas caseras, revueltos de huevos trufados…
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