CAFÉ COMO CULTURA. En cada zeitgeist que la humanidad ha vivido desde el siglo XV, el café ha estado presente: trascendiendo fronteras, credos y estilos de vida. Su cualidad multifacética, tanto a nivel de orígenes y sabores, como de usos y presentaciones, lo hacen un hilo conductor social… por ende, un catalizador cultural. Es el mismo café, el que despertó la vocación por crear este espacio: uno dónde se le celebre y deguste, y donde se puedan dimensionar los alcances que éste tiene sobre nuestra idiosincracia. El "Coffee Renaissance" que aquí se respira, responde a un ideal en práctica: compramos microlotes de nuestro Grano de Oro directamente al productor, asegurando así una excelente calidad. Aquí el café es sembrado con otras especies en lotes pequeños -no extensos monocultivos- que le agregan el sabor de la flora y el entorno, para después ser lavado, secado y tostado artesanalmente. Esto nos trae a este momento crucial en el que pasaron un promedio de 2,000 horas de trabajo de muchas personas, desde que se cosecha el grano hasta que le servimos su café aquí. Todo este proceso, asegura relaciones de equilibrio a largo plazo y rescata un trato profesional que se siente nuevo, por estar arraigado en tradiciones de otros tiempos. Al degustar cualquier selección, le sugerimos: 1.Lea las etiquetas y/o pregúntenos para que conozca lo que va a degustar. 2.Cierre los ojos y huela el café antes de probarlo. 3.Tómese el primer sorbo sin que nadie le interrumpa. 4.¡Y, disfrute lo que vino a hacer! Gracias por compartir y recuerde: Después habrá tiempo de sobra para dormir, ahora, sueñe con los ojos abiertos.
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