Lo primero desde el diseño del interior: una mezcla de estilos, entre industrial y decadente. En él potenciamos la barra y la costumbre europea de compartir las mesas. Fomentamos la conversación, el roce, la fruición, siempre dentro de la experiencia gastronómica. Lo segundo desde nuestra programación, en la que incluímos contenidos musicales, showrooms, ciclos de gastronomía y cine, eventos de moda, presentaciones de producto, ventas estacionales, maridaje, proyecciones, espectáculos… Lo tercero desde nuestra carta, que se estructura en base al producto de mercado, comprado a diario en nuestras lonjas y basada en una cocina para comer con las manos. Consiste en elaboraciones cortas y sencillas: conservas, croquetas, embutidos, ensaladas… todo preparado con mimo hacia el producto.
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